La Orquesta Filarmónica de Bogotá, acoge en sus próximos conciertos al director Suizo, Stefan Lano, ampliamente vinculado a los movimientos sinfónicos de Mar del Plata, donde fue director titular del Teatro Colón de Buenos Aires, Director titular de la Orquesta Filarmónica de Montevideo y de Mendoza. Con la Orquesta Filarmónica de Bogotá, interpretará un repertorio que incluye Un Americano en Paris de George Gershwin, El Idilio de Sigfrido de Richard Wagner y Sinfonía No. 2 en Mi menor Op. 27 de Sergei Rachmaninov.
OFB: ¿Qué opinión le merece un concierto compuesto por obras de Gershwin, Wagner y Rachmaninov?
Stefan Lano: Rachmaninov vivió en Dresden (Alemania), cuando Gershwin, un poquito después, estaba en Paris y en Viena visitando grandes compositores: Ravel, Pullock, Alban Berg… Rachmaninov, dejó su cargo en el Teatro Bolshoi de Moscú y estaba bastante deprimido cuando escribió su Sinfonía No. 2; falleció en Los Ángeles… El cóctel Gershwin y Rachmaninov, me encanta.
OFB: En esa visita Gershwin no fue aceptado como alumno de Ravel
Stefan Lano: Quiso estudiar con Ravel, pero este le preguntó cuánto cobraba por año y Gershwin respondió que ganaba alrededor de 500 mil dólares anuales, entonces, Ravel, le dijo que él debería ser su estudiante y no al revés. Gershwin fue un talento natural…
OFB: Sin duda Gershwin fue el maestro que acercó el folclor estadounidense al mundo sinfónico…
Stefan Lano: Gershwin tenía orígenes judío-rusos, nacido en Manhattan, New York. Él entendió la onda de los negros, no solamente en Porgy & Bess, también en Un americano en París, que tiene mucho del Jazz de los años 20. Hay gente que puede absorber un idioma y tocarlo con propiedad. En Finlandia, Rusia y Japón, hay gente que toca tango como en Buenos Aires, gente que tiene la capacidad de absorber ese idioma y Gershwin fue uno de esos…
OFB: Usted se presentó con la Orquesta Filarmónica de Bogotá en 2004 ¿Ahora qué expectativas tiene?
Stefan Lano: Es una Orquesta de muy alta calidad. Yo nunca trato de hacer música sencilla, porque la música no es sencilla. Hay muchos rubatos en Rachmaninov que no están en la página, están en la música, y la Orquesta tiene que estar abierta a si el director quiere una interpretación flexible para llegarle bien al público. Desde el primer ensayo, los músicos han estado muy abiertos y para un director, eso es una alegría.
OFB: Usted ha tenido una amplia experiencia en Suramérica…
Stefan Lano: Estuve en el Teatro Colón de Buenos Aires, entre el 1993 y el 2010, además, fui director titular de la Orquesta Sinfónica de Montevideo y Mendoza. He estado dirigiendo en Sao Paulo, Rio de Janeiro; me gustaría conocer la Habana.
OFB: ¿Cómo ve las corrientes musicales en Suramérica?
Stefan Lano: Me parece un público y un pueblo muchas veces más culto que el de Europa, y ni hablar de Estados Unidos, que quiere quedarse con la 5ª de Chaikovski y los conciertos de pop. Acá, me encanta el público que me encuentro en cada ciudad; estoy pensando en vivir en América Latina, pues ya viví en Oriente, Europa y Estados Unidos.
OFB: ¿Hay un impacto social de la música clásica en los países de América Latina?
Stefan Lano: En Europa oriental, en Rumania, en Albania, Bulgaria, República Checa, la gente sufrió bajo los comunistas. Aquí, en Nicaragua, El salvador, Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay, sufrieron gracias al señor Kissinger, y cuando un pueblo sufre durante dos generaciones, estas sociedades se pueden enfocar en sobre qué es importante en la vida: el amor, la música, el arte, los amigos y no siempre ganar plata.
Stefan Lano (Director Invitado)
Integrando su carrera como compositor y director Stefan Lano se ha posicionado como un apetecido artista en conciertos de música contemporánea y óperas de fin de siglo. Aunque nació en Worcester, Masachussetts, es nacional suizo. Después de completar sus estudios con Richard Hoffman en el Oberlin Conservatory of Music y de biología en la Universidad de Oberlín, obtiene un Doctorado en composición y filosofía en la Universidad de Harvard. Continúa sus estudios de dirección y composición en Berlín en la Hochschule de Künste e inicia su carrera como director en la Ópera de Graz en Austria. En los años 80 perteneció formalmente a la Vienna State Opera y en 1988 fue invitado por el maestro Lorin Maazel como Director asociado de la Orquesta Sinfónica de Pittsburgh, donde trabajó tanto en el área sinfónica como operística.