Entrevistas

La pianista Rusa Elena Bashkirova se presentará por primera vez con la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Para la reconocida concertista por haber fundado el Festival de Música de Cámara de Jerusalem, el concierto No. 3 de Bartók es un mar de muchos colores, ritmos y solos para instrumentos de madera. La carismática artista considera que la música se termina en cada concierto.

Orquesta Filarmónica de Bogotá: En julio del año pasado usted se presentó con su ensamble en Bogotá, tras dos años de su primera presentación en la capital colombiana, ¿qué destaca de esas actuaciones, aquí? 

Elena Bashkirova: Estoy muy contenta de volver a Bogotá, por lo que es la tercera vez que visito esta ciudad. Además, estar acompañada de la Orquesta Filarmónica de Bogotá (OFB), que tiene buena reputación, grandes músicos y directores, y tener la posibilidad de interpretar un repertorio que me gusta, el concierto para piano de Bartók, que no se interpreta muy a menudo a diferencia de las obras de Beethoven y de Brahms, y que es una pieza muy linda e inusual.

OFB: La Orquesta Filarmónica de Bogotá cumplió 50 años en meses pasados y esta será la primera vez que la tendrá a usted como solista, ¿qué referencias tiene de nuestra Orquesta?

EB: Sé que es una de las mejores en América Latina, incluso del continente, por lo que tiene una organización bastante recta, con buenos directores y músicos, y ha interpretado repertorios muy interesantes. Es una de esas orquestas a las que uno quiere que lo inviten, por eso espero que sea un gran concierto.

OFB: Usted interpretará el concierto n° 3 de Béla Bartók, ¿cómo se identifica con esta obra?

EB: La verdad amo esta obra, me parece inusual, incluso para el mismo Bartók, porque fue una de las piezas que compuso en una semana. Además, está compuesta de muchos colores, ritmos y solos para instrumentos de madera, aspectos que la hace una pieza maravillosa de interpretar. También adoro sus movimientos lentos, que son casi como una plegaria. Es una de las más hermosas de la literatura musical y es perfecta para la mitad del repertorio en la noche, por lo que se podría percibir los trinos de los pájaros y sentir esa melancolía que la caracteriza junto con un final muy disruptivo que la hace única.

OFB: Del repertorio para piano, ¿cuál es el concierto con el que se siente más a gusto y cuál ha sido el más difícil a nivel artístico?

EB: Es difícil de decir porque el concierto que se interpreta en ese momento, es el que se ama, así que actualmente mi pieza preferida sería el Concierto para Piano n° 3 de Bartók. Pero, en particular, me gusta ejecutar conciertos de Mozart, los tocaría toda mi vida, aunque hay más repertorios como algunos conciertos de Schumann, o de otros compositores como Manuel de Falla con su concierto de las “Noches en los jardines de España”, o Shostakóvich, que son mis otros amores. Sin embargo, Mozart escribió piezas maravillosas y muchos de sus conciertos podría interpretarlos toda la vida por lo que, en especial para piano, han sido demasiado importantes, además de sus óperas, que son asombrosas.

OFB: ¿Conoce el trabajo artístico del director Henrik Schaefer? ¿Qué expectativa tiene al poder trabajar con él?

EB: Lo conozco de Berlín y sé de su trabajo, pero nunca lo he visto dirigir, y eso me genera muchas expectativas. Sé que tiene mucha energía y se necesita para una pieza como la de Bartók.

OFB: Es reconocida en el mundo por crear el Festival de Música de Cámara de Jerusalém en 1998 que el próximo año cumple 20 años. ¿Cuál ha sido el aprendizaje más grande en estas dos décadas?

EB: He aprendido demasiado, siento que ha sido toda una vida desde su fundación. Debemos trabajar en algo fresco y olvidar todo lo que se ha hecho para que las cosas se sientan como si fuera la primera vez. Ha sido una experiencia de muchos años, pero hay que reinventarse uno mismo, así que es importante tener una programación diversa.

OFB: ¿Está obligado el artista a ir más allá del arte, mirar su entorno, o es esta una exigencia que su naturaleza?

EB: Todas las personas son distintas, algunas se dedican a tocar el piano, que es más que suficiente porque el repertorio es inmenso y depende de que tanto te especializas, pero en mi caso era algo que tenía que hacer, era algo muy personal, sentía que debía hacerlo (crear el Festival de Música de Cámara de Jerusalén) porque no solo me sentía en la capacidad, sino que también me gusta mucho la música de cámara, me gusta interpretarla y crear una gran variedad de programaciones, asimismo respeto a todos los músicos que se dedican de lleno a eso, ya sea al piano a la música de cámara.

OFB: ¿Por qué el público de Bogotá no puede perderse este concierto?

EB: He creído muchas veces que la música se termina cuando hay un concierto, así que siempre procuro que las personas asistan, porque los músicos tocamos para las personas y buscamos convencer a la audiencia de que son grandes piezas cuando las escuchan, y que no solo vamos a interpretar música, estamos en el escenario por la audiencia, para darles placer y enseñarles algo nuevo. Me emociona mucho tocar para nuevas audiencias, por esto los invito y espero que espero que asistan y se enamoren de esas obras, como lo hice yo cuando las escuche por primera vez.