Lo que empezó como una imposición terminó siendo su gran pasión. Este es el caso del director, compositor y bandoneonista, Daniel Binelli, quien empezó con su primer bandoneón a los 9 años, obligado por su padre, pues esto hacía parte de las tradiciones argentinas que se estaban tejiendo alrededor del tango. Sin embargo, ni padre ni hijo sospechaban que con esa imposición nacería una estrella.
Actualmente, Binelli es considerado como el máximo exponente de la música de Astor Piazzola, con quien mantuvo una estrecha relación de amistad. De hecho, hizo parte del sexteto Nuevo Tango, con el que se dio a conocer en Latinoamérica y Europa. Y aunque no duró mucho tiempo en esta grupo, su estadía le permitió formarse al lado de los grandes, que lo catapultó al éxito en su carrera como bandoneonista.
Su talento trascendió hacia la composición no solo en el tango sino también en la música sinfónica. Esto le permitió crear obras para instrumentos solistas, quinteto, cámara y orquestas sinfónicas, ballet y cine.
Algunas de las orquestas y ensambles que le han comisionado composiciones y arreglos, incluyen a la Sinfónica de Zúrich, Edmonton, Buffalo Philharmonic, Festival de Música de Colorado Music Festival, Filarmónica de Montevideo, Orquesta Filarmónica de Bogotá, Symphony, Buglisi-Foreman Dance Company, Tango Metrópolis Company, Glamour Tango Company, Milva. También con la Orquesta Típica Osvaldo Pugliese y con Tango 7.
De esta manera, lo mejor del revolucionario del tango, Astor Piazolla, llegará a Colombia de la mano de Daniel Binelli, solista invitado de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, con la que interpretará la obra Concierto para bandoneón y orquesta, una puesta en escena que, según el mismo Binelli, generará una mezcla de emociones entre el público asistente, “es una función imperdible”, dice el argentino.
Orquesta Filarmónica de Bogotá: háblenos un poco del bandoneón y su evolución.
Daniel Binelli: Fue creado en 1850 en Alemania, pero en sus inicios era muy pequeño. Luego el instrumento creció y empezó a cobrar importancia a partir de 1900, año en el que arribó a Buenos Aires para formar parte del tango, que hasta ese momento se valía de la flauta, la guitarra y el violín para su interpretación. Con la inclusión del bandoneón en el tango, este género se volvió elegante y reconocido, de ahí que en el siglo XX se haya gestado en Argentina grandes orquestas de tango y sus exponentes.
OFB: ¿Cómo llegó a conocer este instrumento, que lo ha hecho destacarse en la escena musical?
DB: Mis comienzos fueron cuando yo tenía 9 años. La enseñanza de este instrumento se transmitía de generación en generación, porque no había conservatorios que lo hicieran. Por eso mi padre fue quien me inició en el bandoneón. Años después tomé clases y me formé al lado de sus grandes exponentes como Astor Piazolla y Osvaldo Pugliese.
OFB: ¿Cómo logró capturar la esencia de Piazzola e interpretarlo de una forma tan virtuosa?
DB: Capturar la música de Piazzolla requiere entender la manera como él ejecutaba el instrumento, el cual tiene una característica muy especial por las acentuaciones y las maneras rítmicas y líricas para tocarlo. En realidad esto se aprende viviéndolo y sintiéndolo, porque no es suficiente con la teoría. Además, cada quien le pone su toque personal y en el momento del concierto lo más importante es la capacidad de improvisación, que era una de las cualidades de Piazzola.
OFB: Háblenos un poco de la cultura del tango y su legado para el mundo
DB: En Argentina se desarrolló el tango de una forma grande. Se puede decir que este género es el resultado de la mezcla de culturas entre los americanos y los inmigrantes europeos que llegaron al país, por eso tanto el tango como la milonga tienen melodías melancólicas que reflejan esas ansias que tenían los inmigrantes de volver a sus raíces. El tango es, en realidad, un ritmo fluido que narra la relación íntima entre un hombre y una mujer, y habla del amor en medio de la soledad en la que vive el mundo.
OFB: Qué conoce de la música colombiana y qué piensa de esta y su evolución?
DB: He tenido relaciones estrechas con músicos de Colombia, como el maestro Germán Gutiérrez, con quienes he tenido la oportunidad de intercambiar experiencias que han contribuido a mis composiciones. También he conocido ritmos como el bambuco y otros ritmos regionales. Además, he participado en conciertos con directores colombianos con los que he realizado fusiones interesantes.
OFB: ¿Qué podrán apreciar los bogotanos en el concierto en el que usted es el solista invitado?
DB: Hay muchas emociones y expectativas, porque será una gran sorpresa para la gente. Tengo una afinidad grande con la OFB con la que he tocado música de mi autoría como Los tres movimientos concertantes para bandoneón y orquesta.