Entrevistas

“A los once años ya tenía claro que quería ser un músico”. Relata el maestro alemán, Walter Hilgers, quien entre ensayos nos dio un momento para conversar sobre su experiencia como tubista, su recorrido como director orquestal y su oportunidad de ser director titular de la Orquesta Sinfónica de Providencia en Argentina.

La calidez y sobriedad que transmite el director alemán refleja una personalidad tranquila y disciplinada. Su formación musical se concibió desde su niñez, por lo que desde los seis años incursionó al universo de notas, partituras y armonías sonoras.

Tras varios años de entrega a la música, Walter Hilgers experimentó con diversos instrumentos como la tuba, el contrabajo y el piano, aunque su pasión se iluminó a través de la dirección Orquestal.

Antes de dedicarse por completo a dirigir repertorios clásicos y románticos, en especial este último del que destaca su preferencia, fue miembro fundador del ensamble de metales German Brass, al cual perteneció por más de 25 años y, además, fue tubista principal de grandes orquestas como la Sinfónica de Düsseldorf, la Filarmónica de Viena y la Filarmónica de Hamburgo, bajo la batuta de Karajan, Abbado, Previn, Wand, entre otros.

Orquesta Filarmónica de Bogotá: ¿Cómo se dio su acercamiento a la música?

Walter Hilgers: Provengo de una familia de músicos y desde los 6 años de edad comencé a cantar en el coro y a tocar el piano. A los nueve años empecé a tocar la tuba barítono, que es similar a una Euphonium, una clase de tuba pequeña. Luego pasé al instrumento como tal y a los once años ya tenía claro que quería ser músico de profesión.

Cuando tenía 18 años obtuve mi primer puesto como intérprete de la tuba en la Sinfónica de Düsseldorf; dos años después obtuve una posición en la Filarmónica de Viena, y en esa misma época, también, comencé mi labor como director.

OFB: ¿Cuál es su influencia social o personal al momento de escoger un repertorio?

WH: Tengo un periodo que es el que más me gusta, y que a la mayoría de los directores les gusta, el repertorio clásico y el romántico. Específicamente este último, para mí, resaltó las sinfonías de Brahms, que son mis favoritas porque son composiciones increíbles.

También me gusta Wagner porque ejecuté bastantes sinfonías de él en Düsseldorf y, desde luego, me gusta la parte clásica como Mozart y las Sinfonías de Shostavkovich y muchas más.

OFB: Al formar parte de los directores invitados a la celebración de los 50 años ¿qué expectativas tiene?

WH: Para mí es un gran honor, porque es mi primer concierto con la Orquesta y, además, ser parte de la celebración de los 50 años es genial. Estoy muy agradecido por esta posibilidad.

OFB: Usted fue maestro de Fredy Romero, tubista principal de la OFB, y quien será el solista invitado en sus dos conciertos en Bogotá, ¿cómo es su relación con él?

WH: La relación con Fredy es muy cercana, él fue mi estudiante en la escuela de música en Alemania y tenemos una conexión. Además, él me ha invitado en dos ocasiones a dictar clases magistrales en Bogotá y siempre fue su sueño llevar a cabo un concierto para tuba conmigo en la dirección, que ahora se hace realidad y estoy muy contento de que podamos trabajar juntos.

OFB: Como director, ¿cómo construye la conexión con los músicos?

WH: Mi interés es siempre hacer buena música y eso se hace teniendo una buena relación con los músicos. Para mí resulta bastante fácil porque he tocado con diversas orquestas por más de 30 años y eso hace que mi trabajo sea más sencillo, debido a que conozco cuáles son las necesidades o lo que no les gusta. Siempre trato de ser un colega para tener una relación muy cercana con ellos.

OFB: Usted fue tubista en la Filarmónica de Viena, ¿cómo fue su experiencia?

WH: Sin duda fue algo impresionante haber sido parte de la Filarmónica de Viena a los 18 años, además me gustó mucho la combinación de tocar Óperas y Sinfónicas. Todas las tardes ejecutaba Óperas y adicional a eso interpretaba conciertos cada semana con repertorios muy interesantes, inclusive para tuba.

Además, si tú interpretas una pieza como Madame Butterfly o La Boheme de Puccini, la orquesta siempre toca al 150 por ciento, siempre están llenos de energía, incluso si tienen que practicar hasta tres veces al día.

OFB: ¿Qué lo incentivo a formarse como director orquestal?

WH: A la edad de 16 años tuve que tomar una decisión difícil, tenía que decidir si seguía con la tuba o me dedicaba a la dirección, porque tenía la oportunidad de estudiar para ser Director de Orquesta. Tuve que pensarlo muy bien, por lo que pasaría de ser parte de la orquesta a dirigirla.

Entonces hubo una competencia para directores en Eslovaquia y el mejor iba a ser invitado en la siguiente temporada para un concierto. Me presenté y fui elegido para dirigir e interpretar la Sinfonía en re menor de Cesar Franck, luego me invitaron a la siguiente temporada y así fue como comencé mi carrera de director.

OFB: Usted será el nuevo director titular de la Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe, ¿cuál es su perspectiva frente a esta posibilidad?

WH: Estoy muy contento de poder llevar a cabo este trabajo, que empezará la temporada en marzo con la Sinfonía nº 8 de Bruckner, así que tendré que aprender español. Es fabuloso que sea yo quien pueda elegir los repertorios, del cual soy responsable también, así como de los directores y solistas invitados, junto con la parte administrativa que es algo que tengo que pensar, porque es algo nuevo para mí, así que hay bastante trabajo.