Entre sus más grandes logros, Donohoe, destaca haber sido jurado de la Competencia de la Reina Isabel en Bruselas, que se realizó recientemente. El artista sacó un tiempo del ensayo para contarnos algunos detalles…
OFB: Cuéntenos su experiencia en Colombia, sabemos que ha estado en varias ocasiones…
Peter Donohoe: Lo primero que tengo que decir es que la última vez que estuve en Colombia hice un recital con la obra Las veinte miradas al niño Jesús de Olivier Messiaen, quien fue mi profesor por un tiempo. A primera vista parece que hay mucho contraste entre el concierto para piano de Mozart y esa obra de Messiaen, la cual dura dos horas. Esa pieza de Messiaen es una obra muy mala para las uñas, en cambio, Mozart no es tan malo para las uñas, pero también es una buena experiencia. Mozart era un héroe muy grande para Messiaen y uno puede entender eso por todo lo que dijo y lo que escribió sobre Mozart. La verdad nunca he estado con una orquesta aquí en Colombia, solo recitales en cinco o seis visitas, y a pesar de que es una distancia muy larga la que tengo que recorrer, es un placer estar aquí.
OFB: Cuéntenos un poco sobre lo que es su especialidad: Messiaen y Bartok?
Peter Donohoe: Pues primero, no es mi especialidad, siempre he creído que es importante ser versátil y para mí es difícil encontrar algo que no me guste. Usted sabe que particularmente cuando uno toca música de la mitad del siglo XX, el periodo más extremo de toda la música en la historia, mucho más extremo que ahora y todas las tradiciones, suele decirse que a uno no le gusta la música del pasado, pero eso no es verdad y Messiaen es un muy buen ejemplo de una persona que amaba el pasado. Bartok cuando salió por primera vez de Hungría, viviendo en los Estados Unidos, fue conocido especialmente como pianista y su rutina era de piano clásico y sonatas de Mozart, Brahms y Haydn, música que uno no asocia mucho con Bartok.
OFB: ¿Qué sensaciones tiene del concierto de Mozart que va a tocar?
Peter Donohoe: Cada uno de los conciertos de Mozart es muy diferente, y es muy difícil decir cuál es mi favorito, porque todos los son. Este (el número 25), es probablemente el que he conocido por más tiempo, pues encontré que lo quería tocar cuando tenía 12 años y lo he hecho muchas veces durante estos largos años. Es una de las obras más felices de Mozart y es una vergüenza que no sea tan tocado como algunos de los otros. No quiero pensar que es solo porque no tiene clarinetes, porque el concierto No. 24 tiene la orquestación más grande de todos los conciertos de piano de Mozart y ese se toca con más frecuencia. Con este concierto, es la misma orquesta, sin clarinete.
OFB: A parte de la medalla Tchaikovski, cuéntenos otros logros de su carrera artística…
Peter Donohoe: La verdad no pienso mucho en premios, supongo que uno recibe un premio por un logro, pero la verdad, en términos de premios, en el Reino Unido, tenemos un sistema un poco raro que se llama los Honores Reales, donde uno recibe una medalla relacionada con el imperio británico, que ya no existe más, y yo tenga una de esas medallas, la cual es para mí muy especial, porque mi propio país reconoce lo que hago. Se llama el CBE, que significa Comandante del Imperio Británico. También es muy importante resaltar que el mes pasado fui jurado en el Concurso de la Reina Isabel en Bruselas.
OFB: Cuéntenos sobre ese concurso
Peter Donohoe: El Concurso sirve para exponer nuevos talentos. Quien gana o quien pierde, es lo menos importante, porque el hecho es que todos tocan con cámaras que transmiten en vivo todo el tiempo, para todo el mundo y con el apoyo serio del público. La reina Matilda va a escuchar las obras y creo que no hay nada así en el mundo. Esto es un apoyo gigante para los participantes jóvenes.
OFB: Nombres de pianistas suramericanos
Peter Donohoe: Daniel Barenboim, Martha Argerich, Claudio Arrau y mucha gente del pasado. Los medios modernos se enfocan mucho sobre Rusia, la Unión Europea y China, ignorando a los pianistas de Suramérica y otras partes del mundo; estoy muy triste por eso, porque en Suramérica hay una cultura muy fuerte con las públicos, mucho más que en Europa y en Estados Unidos.