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Bogotá, agosto de 2019. Ricardo Viloria es tenor del Coro Filarmónico Juvenil de la Orquesta Filarmónica de Bogotá. A sus 23 años, no sólo ha hecho parte de grandes montajes sinfónico-corales como La condenación de Fausto de Berlioz y el Réquiem de Brahms, por mencionar algunos, sino que ahora es finalista del Concurso Internacional de Pintura Figurativa de Nueva York.

“Me tomó dos meses darle forma a la propuesta que fue escogida para participar en la final del concurso, pero momento a momento fue un acto de exploración personal, disfruté al máximo ser testigo del rumbo que tomaba la obra, no perdía ni un segundo de tiempo libre para trabajar en esa pintura, y lo más bello del proceso fue sentir que yo sólo puse mis manos, sentía como si sólo dejara fluir todo lo que ya estaba dentro; es un regalo muy grande poder sentir cosas así”, expresó Viloria.

El Concurso, realizado por NTD Television pretende revivir el arte tradicional de la pintura realista al óleo.  Para ello convocaron obras de pintura figurativa creadas en torno a un tema central:  Verdad, bondad y belleza en sus estados puros. 

La obra de Ricardo Viloria lleva por título Réquiem para morir a tiempo que en palabras del propio artista emplea elementos deAsí habló Zaratustra de Nietzsche, explorando la conexión entre la figura del Superhombre y la transformación espiritual y mental planteada por el escritor alemán.

“De esto me he quedado con un mensaje muy valioso: Lo único importante para hacer un buen trabajo es seguir la voz interna y esforzarse por lo estrictamente necesario, la vida se encarga del resto”, explicó el tenor que transita profesionalmente por el canto y la pintura desde hace dos años.

Según Viloria, el proceso compartido entre la música y la pintura estuvo desde que era niño, pues su madre es artista plástica y su padre es músico vallenato. Mientras su mamá lo llevaba a los ensayos del coro en donde cantaba como soprano y a sus clases en bellas artes, su papá preparaba canciones en su guitarra.

“Hoy me he dado cuenta de que la luz y el sonido tienen la misma esencia, pero se expresan con lenguajes distintos, con una pieza musical un coro u orquesta logra evocar emociones en el público, si además de manejar una buena técnica hace buen uso de matices, conducir la música hacia un clímax mediante pianos y fortes que aluden a lo emotivo, es lo mismo que hace un pintor cuando conduce la atención del espectador hacia una zona de su pintura, mediante luces y sombras, además de lograr un trazo con buena técnica al igual que en la música”, comparó Ricardo.

Ya por ser finalista su obra será expuesta y subastada en el Club de Arte Salmagundi de New York, a partir del 24 de noviembre.

“Sin duda, para mí la música y la pintura son un canal hacia la conexión con la divinidad”, concluyó Ricardo Viloria.