La hospitalización es una experiencia estresante para todo aquel que tenga que vivirla. Sin embargo, este impacto es más fuerte en los niños, como lo evidencian varias investigaciones científicas, que señalan que los menores que están frecuentemente en un hospital tienen alteraciones de tipo emocional, conductual y hasta cognitivo.
“La situación por la que atraviesa un niño hospitalizado está cargada de factores negativos de todo tipo. Por un lado, los que se derivan de la misma situación de hospitalización, que conlleva la ruptura con los ambientes y círculos que rodean a todo niño. Junto a esto, el ingreso en un centro médico donde el infante se encuentra de pronto en un ambiente que no le es propio”, señala el informe: Repercusiones de la hospitalización pediátrica en el niño enfermo de la Universidad de Navarra.
Para mitigar dicha problemática, la Orquesta Filarmónica de Bogotá (OFB) cuenta con el programa Centros orquestales hospitalarios, por medio del cual se imparten clases de música a los niños hospitalizados y a aquellos que reciben tratamientos médicos programados, con el propósito de contribuir a través de la música en su recuperación médica y mejorar su entorno social, disminuyendo con esto sus grados de ansiedad y estrés.
De acuerdo con Estuardo Quiñones, coordinador de esta iniciativa de la OFB, este es un espacio incluyente donde “se brinda atención y formación musical a niños y jóvenes en condición de enfermedad, mediante su incorporación e inclusión en cátedras de instrumento, como violín, campanas y xilófono”.
Estas cátedras, que por ahora se imparten en el Hospital San Rafael, Simón Bolívar y Fundación Cardioinfantil, se desarrollan en salas de urgencias, unidades de cuidados intensivos, áreas de trasplantes, de quimioterapia, de quemados y habitaciones en general. No obstante, las edades en las que se enfocan las actividades están determinadas por la patología que presente el niño o el joven y el área del hospital donde permanece hospitalizado.
De esta manera, se espera que con este programa haya alcances desde lo social, con el aumento de la autoestima de los pacientes, y desde lo musical con el desarrollo de sus potencialidades artísticas. “También buscamos que haya una integración de los alumnos de los hospitales con las orquestas infantiles y juveniles de la OFB, pues el proceso que tenemos con estos estudiantes, además de estar mediado por un entorno de afectividad, se caracteriza por la dedicación y la calidad en el nivel de ejecución tanto de los instrumentos como de la parte vocal”, indica Quiñones.