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Ann-Christine Larsson y Kristina Hammarström, dos de las voces más destacadas de los países escandinavos, interpretarán en este homenaje un repertorio que incluye obras de Strauss, Berg, Mahler y el colombiano Luis Carlos Figueroa.

 

Comenzamos a sonar en 2024 respondiendo a grandes desafíos. Entre ellos, contribuir al ánimo y el compromiso ciudadano con el cuidado ambiental de Bogotá.

Por eso, la orquesta principal, y bajo la dirección de Joachim Gustafsson, rompe el silencio con dos días de concierto en homenaje al cuerpo de bomberos de Bogotá. “Si algo caracteriza a la Filarmónica, es estar en sintonía con lo que ocurre en el entorno. En esta ocasión queremos hacer un homenaje, con música, al cuerpo de bomberos que con dedicación ha trabajado por apagar incendios en los cerros de la ciudad”, asegura David García, director general de la Filarmónica de Bogotá.

Los conciertos de apertura de temporada tendrán lugar en el León de Greiff de la Universidad Nacional de Colombia el viernes 2 de febrero (3.00 p.m.) y sábado 3 (4:00 p.m.) con entrada libre hasta completar aforo.

La Orquesta, que tendrá como invitadas a la soprano Ann-Christine Larsson y la mezzosoprano Kristina Hammarström, dos de las voces más destacadas de los países escandinavos, interpretará la “Suite sinfónica” del compositor colombiano Luis Carlos Figueroa (1923 -), una obra en cuatro movimientos estrenada en 1980.

Más adelante, las cantantes y la Filarmónica de Bogotá harán un repaso por “Rückert Lieder”, un conjunto de canciones que permiten conocer a Gustav Mahler (1860-1911) en su dimensión íntima, alejada de la imagen ostentosa que proyecta en sus sinfonías de alances titánicos.

En el repertorio de esos dos conciertos también figuran las “Siete canciones tempranas”, un manifiesto en el que se destaca la influencia de Arnold Schönberg, pero también se determina el deseo del compositor Alban Berg (1885-1935) por asumir riesgos y empezar a escribir su historia en mayúsculas.

Y para el cierre, se interpretará el poema sinfónico “Don Juan”, de Richard Strauss (1864-1949), quien se basó en la obra homónima e inconclusa del escritor austriaco Nikolaus Lenau (1802- 1850), seudónimo de Nikolaus Franz Niembisch Edler von Strehlenau.

Ann-Christine Larsson, soprano (Suecia)

 

Es considerada como una de las cantantes escandinavas líderes de su generación. Se ha destacado por sus roles en montajes como “Orfeo y Eurídice” (Glück), entre otras interpretaciones. Permaneció con la Ópera de Bonn hasta 2002, y desde entonces ha sido cantante invitada por las agrupaciones en gran formato más importantes de Europa y América.

 

Ann-Christine Larsson tiene una permanente actividad con la Ópera de Gotemburgo y fue invitada para representar “Doña Anna” en la célebre ópera “Don Giovanni”, de Mozart, por la Royal Opera en Estocolmo y la Copenhagen Royal Opera.

 

Esta reconocida soprano tiene también un amplio repertorio de concierto y Lieder, y ha realizado diversas presentaciones en colaboración con Paavo Järvi, Okko Kamu y Joachim Gustafsson, director musical de la Filarmónica de Bogotá.

 

Kristina Hammarström, mezzosoprano/contralto (Suecia)

 

Aparece con frecuencia en teatros de ópera y festivales como el Teatro alla Scala de Milán, la Staatsoper de Viena, la Ópera Nacional de París, la Bayerische Staatsoper de Múnich, la Staatsoper de Berlín y el Festival de Salzburgo.

 

Sus papeles incluyen Charlotte en “Werther”, Octavian en “Der Rosenkavalier”, Penélope y Minerva en “Il ritorno d’Ulisse in patria”, Diana en “La Calisto” de Cavalli, Rosina en “Il Barbiere di Siviglia”, y Marguerite en “La Damnation de Faust” de Berlioz.

 

Trabaja habitualmente con directores como Leonardo García Alarcón, Marin Alsop, Herbert Blomstedt, William Christie, Jesús López Cobos, Adam Fischer, Alan Gilbert, John Nelson, Yannick Nézet -Séguin, Josep Pons y Christophe Rousset.

 

El repertorio que interpreta Kristina Hammarström incluye “Les nuits d’été” de Berlioz, “Kindertotenlieder”, “Rückertlieder” y “Das Lied von der Erde” de Mahler y la “Sinfonía No. 9” de Beethoven, así como gran cantidad de misas y oratorios.

¡Más cuerda para la buena música!